Spotify: música legal, «streaming» social

Música, músicos y streaming musical. Desde el principio, estos han sido los términos que definían a Spotify. Ahora, a ellos se une uno nuevo, el de red social. Porque la aplicación sueca se ha aliado con un gigante de Internet, Facebook. El objetivo para ambas: aprovechar la música como elemento social. Por ello, Spotify confía en el streaming o acceso inmediato al contenido online, y apuesta por él para reducir la piratería.


AMISTAD A RITMO DE SPOTIFY. Los usuarios de Facebook lo serán también de la aplicación musical | Gabatek.com

Desde septiembre, los seguidores de Facebook y Spotify están más unidos. Para la red social, la fusión supone compartir música de forma rápida, fácil y en muchos casos gratuita. Para la aplicación musical, es expandir una idea aún muy joven pero que aspira a ser duradera. A partir de ahora, los usuarios del gigante de Internet verán las canciones que sus amigos escuchan, las listas de reproducción que hacen, y las bandas que descubren, todo a través de Spotify, nombre que hoy se abre hueco en la jerga digital.

Fusión Spotify-Facebook, 00:50 (Spotify, canal de YouTube.com)  

Con sedes en Inglaterra y Suecia, Spotify se presenta como un desarrollador de contenidos. Creada por Daniel Ek en 2006, la empresa Spotify AB lanzó la aplicación  en 2008, pero entonces únicamente al mercado europeo. El servicio era fácil y concreto para el usuario, permitiendo a este escuchar en streaming temas musicales sin necesidad de pago. Mientras, otros usuarios podían buscar los contenidos por artista, álbum o listas de reproducción, al igual que crearlos ellos mismos. El objetivo final de la plataforma era facilitar el intercambio a través de la red. Una iniciativa que, desde el principio, aplaudió la industria musical. La compañía sueca pronto firmaría acuerdos con las principales discográficas: Universal Music, Sony BMG y Warner Music, entre otras.

2009 sirvió para que Spotify realizara sus primeros cambios, empezando por alterar la oferta musical. Esta medida eliminaría las canciones de los artistas que no estuvieran de acuerdo en aparecer en Spotify, y se añadirían restricciones regionales a algunos temas. En aquel momento, la plataforma había adoptado una estructura definida e inalterable, basada en cuatro tipos de cuentas o usuarios: Free y Open, si eran gratuitas y Premium y Unlimited, si eran de pago.

La situación cambiaría en mayo de 2011, cuando Daniel Ek, CEO de Spotify, explicó en el blog oficial de la empresa que las cuentas Free –accesible solo mediante invitación y sin límite de escuchas-  y Open -abierta a todos pero con tope mensual de reproducción- adoptarían las mismas características: si el usuario quería escuchar música gratuitamente, solo podía hacerlo un máximo de diez horas al mes, con la condición de no reproducir el mismo tema más de cinco veces. No obstante, el usuario siempre contaba con acceder a ella pagando una suscripción. Ese es el objeto de las cuentas Premium –escucha preferente, de más calidad y en varios dispositivos- y Unlimited -reproducción única en ordenador y sin restricciones-. Ek justificaba los cambios de este modo: “Para ofrecer música gratis, tenemos que ponerle límites”.

FORTALEZA DEL ÉXITO. Sede de Spotify en Estocolmo, Suecia | Wikipedia.org

Lo cierto es que esta última medida sigue vigente hoy en día. Pero ello no ha quitado mérito a Spotify, sino al contrario. Actualmente la compañía posee 10 millones de usuarios, de los cuales 2 son suscriptores de pago o Premium. La cifra total se reparte entre los ocho países en los que la entidad sueca está disponible: Suecia, Noruega, Finlandia, Holanda, Reino Unido, Francia España y Estados Unidos, el último en incorporarse hace ahora tres meses. Aún así, la empresa quiere expandirse a los demás países del globo, proyecto al que Lutz Emmerich, responsable de Spotify en España, se refiere de este modo: “Nuestro sueño es poder ofrecer la música en todo el mundo. Sin embargo, el mundo es muy grande y tenemos que priorizar; estamos viendo hacia dónde”.

El último gran impulso a ese deseo ha sido la unión con Facebook. El acuerdo afectará a ambas compañías en dos sentidos: por un lado, cada usuario de Spotify deberá tener una cuenta en la red social, y por el otro, esta última permitirá a aquel escuchar música “en privado” sin que los temas que este  haya oído aparezcan en el muro de su perfil. Así, señala Lutz Emmerich, “las dos aplicaciones se han unido para hacer la música más social”. El responsable de la compañía sueca  en España también ha precisado que los usuarios ya podían publicar actualizaciones con su actividad en Spotify anteriormente. La diferencia es que antes, si se vinculaban ambas cuentas, Facebook publicaba por defecto todas las canciones que escuchaba en Spotify, sin que hubiese posibilidad de cambiar esa configuración.

UN NEGOCIO REDONDO. Mark Zuckerberg, CEO de Facebook (izda.), y Daniel Ek, CEO de Spotify (dcha.) | Gabatek.com

Otra de las grandes claves de la plataforma musical es la popularidad que atesora entre los artistas. En este sentido, Spotify se lleva la palma de ser tremendamente adorada. De hecho, los intérpretes cuelgan allí sus creaciones, a veces incluso antes de que el disco salga a la venta. Sin embargo, también hay músicos reticentes a colaborar con ella. Es el caso de cantantes desconocidos, como Magnus Uggla, pero también relevantes, como Coldplay, The Beatles, Tom Waits o Metallica. Si se atiende al género musical, el heavyes actualmente el más reacio a unirse a la compañía.

SORPRESA PARA LA MÚSICA. Con Spotify, el usuario puede escuchar canciones de forma gratuita y legal | Pisitoenmadrid.com

La trascendencia de Spotify ha calado hondo en el mercado musical, hasta el punto de que la empresa ya puede hablar de futuro. En principio, le toca competir con dos rivales: la nueva aplicación lanzada por Google, Google Music, por un lado, y los nuevos teléfonos Lumia de la finlandesa Nokia, por el otro. Además, el responsable de la compañía sueca en España, Lutz Emmerich, adelanta que perfeccionará el servicio en otros aparatos, como la televisión, las Blackberrys y los iPads, además de la aplicación ya disponible para móviles Android, iPhone, Symbian y Palm ya que, según él, “los usuarios quieren acceder desde cualquier dispositivo a sus contenidos”.

Dispositivos que contienen Spotify,  1:02 (Spotify, canal de YouTube.com)

Hay veces en la vida en que lo grande parece pequeño, y lo pequeño, grande. Con frecuencia, una buena idea está ahí, perdida, aislada y en apariencia vacía. Es entonces cuando, repentinamente, esa idea se rebela y se anima a surgir. Pero no lo hace de cualquier modo, sino por casualidad,  por azar, de forma que la mente que la obtenga no sepa cómo ni por qué se le ha ocurrido. De pronto, la idea cambia totalmente de imagen: ya no es perdida, sino hallada, ya no es común, sino original, y ya no es hueca, sino que puede llenar la vida de quien la ha tenido, convirtiendo todo cuanto este veía pequeño en grande. Una idea como esa surgió en 2008, y el sujeto que la tuvo, Daniel Ek, decidió llamarla Spotify.

Los cambios en la compañía sueca ya se hacen notar. Desde hoy, la red social Facebook permitirá que un usuario conozca ‘musicalmente’ a otro, sin trámites, sin preámbulos, sin actos ilegales y, si se quiere, sin ningún tipo de pagos. Las discográficas lo ven bien, los artistas –aunque no todos- también. Por muchas razones, pero quizá por una en particular, y es que las grandes ideas merecen compartirse. La música, es un mundo mágico y persuasivo; el streaming, una forma de llegar a él. No importa el formato. Tampoco el dispositivo. Lo importante es que la melodía llegue rápida a quien, por hastío o deleite, la lleve consigo a cualquier parte.

Qué es Spotify, 1:05, ing (Spotify, canal de YouTube.com)

Diego León